
El blanco busca al púrpura en delirio y el torbellino de locura vuela sobre el abismo donde cuelga y hiela la muerte en desolada luz de cirio. Curva el torso del árbol como a un lirio la soga del despecho, y se rebela contra el ocre tenaz que la desvela como lazo sombrío de martirio. La espada escrutadora yace oblícua -cruz derribada- al pie del desatino que despeña la voz de la conciencia, mientras el hielo de la daga inicua, enfilando a su propio, blanco lino, pudre desesperada la existencia. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario